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Agencias de inteligencia formaron parte de un plan del Gobierno venezolano para reprimir disidentes.

Foto del escritor: latinevolution radiolatinevolution radio

La Mision de Determinacion de hechos

creada por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas presentó este martes su tercer informe sobre Venezuela.​

En sus investigaciones determinó que “los actos de violencia documentados no fueron realizados por individuos al azar y desconectados, que actuaron solos dentro del Servicio Bolilvariano de Inteligencia (Sebin) y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim)”.

El informe precisa que muchos de los funcionarios posiblemente responsables de violaciones y delitos entre 2014 y la actualidad, permanecen en sus cargos y otros incluso fueron ascendidos. Las acciones estudiadas contemplan detenciones de opositores reales y percibidos como tales por parte del gobierno, torturas y tratos crueles a detenidos, persecución de disidentes e incautaciones ilegales de bienes, y vigilancia telefónica sin orden judicial, entre otros.

El documento considera que “el Sebin y el Dgcim fueron parte de una maquinaria diseñada y desplegada para ejecutar el plan del gobierno para reprimir la disidencia y cimentar su propio control del poder”, y que se trata de un “plan orquestado al más alto nivel político, encabezado por el presidente Nicolás Maduro y apoyado por otras autoridades”. La misión advierte que estas acciones forman parte de un “plan deliberado del gobierno para reprimir la crítica y la oposición”.

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